¿Porque ‘llevar al bebé encima’ es como jugar con él?
Un bebé recién nacido es como una hoja de papel en blanco. Después del nacimiento el bebé tiene que redescubrir su cuerpo y sus habilidades en el nuevo ambiente fuera del líquido amniótico. En este nuevo ambiente debe aprender a controlar su cuerpo con la gravedad y ciertas reglas sociales para convivir con los demás.
Es trabajo de los padres llenar esta hoja día a día con el bebé haciendo actividades para estimular sus 7 sentidos a través de ellas. El tacto, el equilibrio, la propiocepción son los sentidos básicos. La vista, el oído, el olfato y el gusto son los sentidos menos importantes.
Pero eso no quiere decir que se precise de una formación como animador infantil o disponer de muchas cosas especiales para niños (juguetes, móviles, cd, libros) ni tener mucho dinero para pagar diversas actividades organizadas por otros.
El bebé lleva consigo a la vida como principales características su propia curiosidad para explorar el ambiente y la motivación y energía de mover su cuerpo de la mejor manera posible. Además es un ser social que depende del cuidado y contacto físico de sus padres.
La curiosidad y la energía del bebé son suficientes para un sano desarrollo mental y físico siempre y cuando haya personas que le presten atención y cuiden de él.
Se han hecho varios estudios sobre cómo los bebés aprenden y el resultado es que el bebé solamente demuestra interés ante una verdadera comunicación con otras personas preferiblemente sus padres y actividades en las cuales el bebé siente una reacción adecuada e inmediata a sus señales. En todos los experimentos científicos como por ejemplo mostrar al bebé su madre en la televisión, interferir en la comunicación entre bebé y madre con detener la reacción de la madre por dos segundos o hacer a la madre leer un texto al revés tenían como resultado el desinterés o la preocupación del bebé.
Obviamente los bebés pueden detectar enseguida situaciones no coherentes con la realidad. Por ejemplo un móvil en la cuna o el parque resulta poco estimulante para un bebé que desea el contacto con su madre que está en este momento a dos metros de él cocinando en la cocina. Los bebés en el primero año juegan mucho con su propio cuerpo, aprenden a sentarse y andar y comunicarse de forma básica con los demás. Llamamos ‘jugar’ a casi todo lo que hace el bebé pero en verdad no hace nada más que experimentar, experimentar y experimentar. Experimenta con sus manos, sus pies y la lengua e intenta provocar reacciones de la gente que le rodean. El bebé experimenta para aprender las cosas que tiene que saber para un día ser independiente. Tiene que aprender cosas relevantes para su entorno habitual sino resulta una información inútil para él. Eso es una estrategia de supervivencia de la naturaleza para asegurarse la adaptación y supervivencia del bebé humano en las varias circunstancias (desde los esquimales en el polo norte a los aborígenes en el deserto australiano).
Experimentar es jugar y jugar es experimentar. Igual como casi toda la comunicación en esta edad es un juego y todo el juego se basa en la comunicación o interacción con otros.
Entonces la curiosidad y la energía del bebé requieren tiempo. El bebé al nacer no espera conjuntos de ropa ni mucho menos una habitación infantil pero si leche materna, un cuidado cariñoso y la atención de sus padres. Desde mi punto de vista el tiempo que podemos dedicar a nuestros bebés en los primeros años de vida es más precioso para ellos que cualquier cantidad de dinero que podamos ganar al mismo tiempo.
Pero también tenemos otras obligaciones y no siempre nos podemos echar junto a él encima de una manta en el suelo (que es el sitio ideal para jugar con bebés que aún no saben andar). El problema con el tiempo no es un problema nuevo de la actualidad. Sino un problema que las hembras siempre han tenido porque tenían que dedicar también tiempo a la supervivencia mientras cuidaban a su cachorro ya sea una mona en búsqueda de comida o una mujer trabajando en el campo o la casa.
¿Entonces qué pasa si llevamos al bebé encima (en brazos o en un portabebés)?
El bebé se sentirá a gusto y seguro en esta posición porque según la evolución humana es su sitio – una herencia de nuestros antepasados los monos. Pero que el bebé está tranquilo no quiere decir que el bebé es pasivo al ser llevado.
Primero incorpora activamente la postura ideal para ser llevado (con las piernas en posición ‘M’, agarrandose en la ropa y aguantando la cabeza según sus posibilidades). Al ser llevado el bebé activa todos los músculos que se necesitan para incorporarse.
Cargando al bebé encima todos los movimientos del portador se transmiten al bebé y su órgano de equilibrio. Además el pleno contacto físico estimula toda la superficie de su piel que le da mucha información sobre su propio cuerpo y tamaño.
Es la tranquilidad del bebé lo que le permite tener nuevas experiencias. Un bebé que llora no tiene la atención mental para sentir otras cosas ni el estado corporal para moverse de modo normal por culpa de una tensión muscular muy alta.
Un bebé que es llevado puede explorar el entorno con la mirada, el oído y el olfato. Puede escuchar el corazón y la voz de su madre y sentir todos los ruidos mientras su madre sigue con sus tareas domesticas. Puede observar desde un lugar seguro mientras la madre cocina, cuida de los hermanos o va de compras. Si no está mamando en la teta puede chupar de la tela del portabebés o de un trozo de pan.
Cargar al bebé en un fular o una mochila ayuda a los padres a hacer otras cosas porque tienen las manos libres y el bebé suele estar tranquilo. El bebé a su vez puede usar sus manos según las habilidades de su edad para tocar a la madre o manipular objetos cotidianos.
En vez de información teórica como videos de áfrica es importante que el bebé conozca su entorno habitual y aprenda las cosas relevantes para él. Muchas veces es mejor para el bebé acompañar a sus padres y convivir con las actividades de ellos que quedarse en un lugar donde está privado de la vida (como un parque o una silla infantil). Si vive en un piso en la ciudad al año ya habrá observado cómo funciona el ascensor mientras un bebé en el campo ha descubierto como regar las plantas en el jardín. De esta manera los bebés pueden repetir las actividades cotidianas antes por sí mismos.
Pero aparte de la estimulación coherente de sus sentidos y explorar adecuadamente su entorno ‘llevar al bebé’ y ‘jugar con él’ tienen otra cosa en común:
La comunicación entre el bebé y el portador es inmediata. No hace falta que avise a gritos que tiene hambre u otras necesidades. Eso sube la autoestima del bebé ya que sus señales (los bebés intentan comunicarse a través de señales corporales antes de llorar o gritar) son escuchados y pueden ser respondidos en un instante.
Entonces llevar al bebé no es lo mismo que jugar con él pero son dos actividades que contribuyen considerablemente a su sano desarrollo tanto físico como mental. Dos actividades que dejan de la manera más linda y sensible huellas en la hoja blanca que representa nuestro bebé.
Para más información sobre el porteo de bebés de 0 a 5 años, la postura adecuada para llevarlo encima y varios tipos de portabebés tradicionales y modernos puedes visitar mi página web: www.mowgli.es Para cualquier duda sobre el porteo o sugerencia sobre este artículo puedes contactar conmigo a través de email: info@mowgli.es
Susanne Lenk, madre, fisioterapeuta, fundadora de ‘Llévame cerca – Enseñanza del uso respetuoso de fulares y portabebés y responsable de la web www.mowgli.es – Ideas naturales para bebés y padres.
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